La Buhardilla es un lugar muy especial. Puedo disfrutar de su espectaculares vistas al mar y a la montaña con su infinidad de imágenes, su forma de acogerme a cualquier hora del día, arropándome y sirviéndome de abrigo en los días en los que uno se levanta con el pie izquierdo, sus barcos, en los que viajo cada noche a un mundo mejor, y sus faros que me guían a lo largo de mi camino. Por suerte estoy acompañada por seres que me aprecian, y en los que puedo confiar. Además, sus historias recogidas en libros perfectamente encuadernados decoran las estanterías de esta, dándola un aire intelectual.
La madera es la principal protagonista, pero se encuentra combinada con el blanco de las paredes y las cortinas. Estar acompañada o no depende sólo de mi. Puedo decidir quien forma también parte de La Buhardilla por unos momentos. No falta el sonido del espanta diablos colgado del techo cuando abro la ventana y entra el aire.
Te invito a que tu también formes parte de La Buhardilla, de ese lugar que te hace olvidar todo lo malo y sólo te recuerda lo bueno.
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