lunes, 12 de diciembre de 2011

Transportes

No te veo todos los días porque no tengo un horario fijo. Sin embargo, tienes una forma de trabajar que me gusta observar. Ilusa yo que cada vez que te saludaba pensaba que era especial. Esta tarde comprobé que no era la única. Había alguien más a quien no sólo sonreías sino que conocías muy bien por tus gestos hacia ella. Hablabais. Preferí seguir sumergida en mi mundo de fantasía. Estaba escuchando música y recordando los mejores momentos del día. Hasta despúes de trabajar, cansada, sonreía. Pero aún así, cuando vuelva a verte, te saludaré con una sonrisa en la cara, ya que al fin y al cabo, no entiendo nada mi pequeño enfado.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Te espero.

Me acuesto. Te veo en mi mente. Estás sonriendo, cotándome una de tus anécdotas. Tienes una sonrisa perfecta. No se si son imaginaciones mías pero a veces pienso que conectamos perfectamente. No puedo evitar sonreir al principio y más tarde partirme de la risa. No es sólo tu mirada limpia sino tu forma de tratarme, con cautela, cariño, mimo, como si fuera una figurita de porcelana. 

La realidad, algo muy parecido. Pero muy parecido no quiere decir igual. Cuando estamos a solas, te portas como nadie. Ahora bien, no puedes evitar pincharme e incluso pasar un poco de mi en determinados momentos. En el fondo lo haces porque te gusta ver como me medio enfado o eso es con lo que yo me consuelo. Porque prefiero tenerte en la "pole position" en mi imaginación y soñar en que durante unos insantes me vas a hacer feliz a creer que te doy igual.

Pero no puedo evitar esperarte que es justamente lo que estoy haciendo ahora. Sólo decirte que pensando en tí ya sonrío.