viernes, 9 de diciembre de 2011

Te espero.

Me acuesto. Te veo en mi mente. Estás sonriendo, cotándome una de tus anécdotas. Tienes una sonrisa perfecta. No se si son imaginaciones mías pero a veces pienso que conectamos perfectamente. No puedo evitar sonreir al principio y más tarde partirme de la risa. No es sólo tu mirada limpia sino tu forma de tratarme, con cautela, cariño, mimo, como si fuera una figurita de porcelana. 

La realidad, algo muy parecido. Pero muy parecido no quiere decir igual. Cuando estamos a solas, te portas como nadie. Ahora bien, no puedes evitar pincharme e incluso pasar un poco de mi en determinados momentos. En el fondo lo haces porque te gusta ver como me medio enfado o eso es con lo que yo me consuelo. Porque prefiero tenerte en la "pole position" en mi imaginación y soñar en que durante unos insantes me vas a hacer feliz a creer que te doy igual.

Pero no puedo evitar esperarte que es justamente lo que estoy haciendo ahora. Sólo decirte que pensando en tí ya sonrío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario